Las heterotopías homo-eróticas de la vida urbana, al igual que los no lugares, son espacios que no existen del todo, ya que no tienen valores de identidad antropológica que generen pertenencia en los transeúntes. Espacio/tiempos que “no reflejan la estructura social ni la de la producción, no son un sistema socio-histórico, ni una ideología sino rupturas de la vida ordinaria, imaginarios, representaciones polifónicas de la vida, de la muerte, del amor, de Eros y Tánatos” (Foucault 2010, 39). En otras palabras, son espacio-tiempos ambiguos que “tienen en común ser lugares donde yo soy y no soy; (...) o bien donde soy otro” (Foucault 2010, 28), como en el prostíbulo, la fiesta o el cuarto oscuro.
Se puede considerar al encuentro homo-erótico anónimo como un rito de paso, en los términos de Arnold van Gennep en su obra Les Rites de Passage. “Un rito de paso es un proceso tripartito que incluye: 1) la separación del individuo de uno de sus status sociales previos, 2) el limen o fase del umbral y 3) la reagrupación del individuo” en la estructura social (Turner, 1993, 517). Los encuentros homo-eróticos de la vida urbana son performados dentro de espacio-tiempo liminales que “rutializan escisiones, umbrales, desviaciones, y los canalizan” (Foucault 2010, 38). A las heterotopías “o bien uno entra porque está obligado a hacerlo” como el caso de las prisiones, “o bien cuando uno se ha sometido a ritos y a purificaciones, como las heterotopías para la purificación (Foucault 2010, 28). En efecto, el sauna gay es una heterotopía para la purificación de la apariencia, y al igual que el video pornográfico para purificarse de los deseos de lujuria homosexual. El ritual del sexo anónimo entre hombres se convierte en una alternativa de resistencia, para que los individuos se purifiquen “de sus deseos y sus emociones rebeldes.” (Turner, 1967, 55). A estas heterotopías homo-eróticas se las puede comparar con las icónicas habitaciones de las moteles norteamericanos, heterotopías “donde la sexualidad ilegal se encuentra a la vez absolutamente albergada y absolutamente oculta, mantenida aparte, sin por ello ser dejada al aire libre”. (Foucault 2010, 79).
Durante la etapa intermedia o liminal “el estado del sujeto ritual, es decir, el <<pasajero>> o <<liminal>>, es [también] ambiguo”, no está ni aquí, ni allí, está en un espacio/tiempo intermedio, al igual que en las heterotopías, está “en medio y entre todos los puntos fijos de clasificación” (Turner 1967, 518). Tanto en el sexo anónimo como en la liminalidad del rito de paso, el cuerpo deja caer las máscaras, los roles y las insignias de status. Los cuerpos merecen hacerlo de vez en cuando, al actuar bajo la determinación de sus instintos, emociones, pulsaciones biológicas y deseos más íntimos. “La gente, suele decirse, es más «ella misma» cuando no actúa dentro de su rol institucionalizado (Turner 1967, 112).”
El alivio que el cuerpo y la mente sienten al someterse a este tipo de ritos, a estos espacio-tiempo liminales que equilibran la vida del cuerpo. Utilizar las heterotopías homo-eróticas, como el sauna gay, el video pornográfico o la tetera, es una forma de invisibilizar al cuerpo social y al mismo tiempo liberar al cuerpo físico de sus actos aberrantes; al igual que los neófitos en la etapa liminal del rito:
no sólo son estructuralmente «invisibles» (aunque seas físicamente visibles) y ritualmente contaminantes, sino que generalmente se los recluye, de manera total o parcial, lejos del ámbito de los estados y de los status culturalmente definidos y ordenados. (...) Tienen una realidad física, pero no social, de ahí que tengan que permanecer escondidos, puesto que sería un escándalo, una paradoja, tener ante la vista lo que no debería tener existencia. (Turner 1967, 108-109).
De forma análoga, en el no lugar del espacio escapas “a la coacción totalitaria del lugar, será sin duda encontrarse con algo que parezca a la libertad” (Augé 1992, 119). Marc Augé (1992, 9) considera que los no lugares tienen el “encanto de todos los lugares de la casualidad y del encuentro en donde se puede experimentar furtivamente la posibilidad sostenida de la aventura”.